Etiqueta: Emociones y razones

Sobre el debate y el diálogo

Me encanta el diálogo en el que cada persona comparte sus experiencias. Me encanta el diálogo en el que nadie tiene que defender sus posiciones ni nadie emite opiniones sobre las de los demás. Me encanta el diálogo en el que se puede discernir la emergencia de una realidad común, si esta es posible, que incluya las experiencias y opiniones de todos los dialogantes. También me encanta el diálogo en el que, si no es posible construir una realidad común, simplemente se constata el hecho sin ningún intento de convencer a nadie de nada.

Este es uno de piedras angulares  en mi trabajo y una de la bases en las que se asienta el éxito de mis intervenciones en las organizaciones de mis clientes. En un plano existencial es consecuencia de mi vocación, que en ocasiones me he atrevido a nombrar pretenciosamente “la Práctica de la Paz”. Es una forma denominar mi vocación que aún me queda grande, pero en ello estoy.

Me incomoda profundamente el debate, forma esta de conversar en el que las personas definen sus propias posiciones en contraposición a las de otros. Me incomoda el debate en el que se intenta desmontar el discurso del otro y cada uno ha de defender el suyo. Me incomoda el debate cuyas únicas salidas posibles son el desacuerdo o el consenso, la retirada dolida o la sensación de victoria.

La única forma que hasta ahora he encontrado de darme cuenta de si estoy entrando en diálogo  o en debate es escuchar lo que me dicen las vísceras: ¿me preparo a la defensa o estoy abierto? Y hace tiempo que decidí que, si mis vísceras se preparan para la defensa, mejor no entrar en debate.

Este es el criterio que sigo para decidir si respondo a los comentarios que se hacen a mis entradas en este blog.

Lamento profundamente que mi elección al respecto le moleste a algunos de los que me han comentado. Me duele especialmente que @arey Amalio Rey y @odilas María Salido me critiquen por mi elección, crítica de la que han dejado constancia en sus comentarios a esta entrada y a esta otra. Son dos personas a las que tengo mucho respeto y que, cada una en su blog, comparten brillantemente sus experiencias, inquietudes y opiniones. Me deleita leerlas y seguiré haciéndolo en el futuro. Aún más me duele que @odilas le moleste tanto mi elección que llegue a recomendarme que cierre el blog ya que no quiero entrar en conversación. Reconozco su derecho, y el de cualquiera, a elegir el modo en el que entran en conversación unos con otros. A unos les va el debate y a otros el diálogo. Yo también tengo el derecho a elegir los términos en los que entablo conversación. Decir que no quiero entablar conversaciones es una descripción de mi actitud que no comparto.

Y no, no quiero entrar en un debate sobre la distinción que hago entre diálogo y debate. Es la mía y la que me sirve. Cualquier otra persona puede usar los términos como mejor le venga.

Conexiones y retiradas

Me doy cuenta de que últimamente he estado escribiendo en el blog sin tener en realidad nada que decir. Hace un tiempo escribí que para tener algo que decir necesito retirarme del contacto, pero que para decirlo tengo que conectarme.

Creo que no me queda mas remedio que retirarme unas semanas. Volveré cuando tenga algo que decir.

El tema de las retiradas, los silencios, etc. es un tema recurrente en este blog. Parece que con los años está aumentando la frecuencia con la que necesito retiradas de dos semanas o más. Ahora ando por una vez al semestre. Estas retiradas son silencio de trabajo, y no he de confundirlas con las vacaciones.

Aún sabiendo que el ciclo de conexión y retirada es un péndulo eterno, se puede acotar de dos formas:

conexión – retirada – conexión

retirada – conexión – retirada

Quiero dedicar un tiempo a meditar sobre cual de estas dos formas de entender el ciclo tiene mas sentido para mi.

Otras entradas relacionadas con este tema:

Del silencio fértil

La fertilidad del silencio/2

La red del silencio y la de las conversaciones

Liderando en Participación Genuina (1): alianzas perversas

Cuando lideras grupos de trabajo te encontrarás tarde o temprano con dos tipos de actitudes grupales que pondrán a prueba tu autoestima y auto-confianza, que es lo mismo que decir que pondrán a prueba tu liderazgo.

Para el razonamiento que sigue es importante tener clara la diferencia que hago entre autoestima y auto-confianza. La auto-estima es el afecto que una persona se tiene a sí misma por ser lo que es. La auto-confianza es la valoración que una persona hace de su capacidad de resolver con éxito las situaciones en las que se va encontrando.

Los grupos dependientes te verán como la persona que les va a decir lo que tienen que hacer para arreglar sus problemas o incluso querrán que los arregles tú. Los síntomas más claros de que estás ante un grupo dependiente son dos:

  1. observando al grupo detectarás comportamientos encaminados a idealizarte, seducirte y obedecerte
  2. observándote a tí mismo te darás cuenta de que tu autoestima y tu auto-confianza están en alza.

Los grupos contra-dependientes te verán como la causa de sus males  o incluso pueden creer que si desapareces éstos se solucionarán. Los síntomas claros de que estás ante en un grupo contra-dependiente son:

  1. observando al grupo detectarás comportamientos encaminados a desafiarte, devaluarte o atacarte.
  2. observándote a tí mismo detectarás que tu autoestima y tu auto-confianza se tambalean.

Tanto un grupo como otro evitan la tarea buscando a un líder al que admirar o atacar. Lamentablemente hay demasiados líderes que sucumben a los cantos de sirena de uno y otro grupo, desarrollando ellos mismos sus actitudes dependientes o contra-dependientes.

El líder dependiente es el que seduce o manipula al grupo buscando en sus reacciones el aumento de la propia autoestima y auto-confianza. Y el contra-dependiente es el que se defiende o incluso preventivamente ataca al grupo para evitar cualquier merma de su autoestima y auto-confianza.

Así se crean alianzas perversas entre grupos y sus líderes, alianzas dedicadas a un juego de suma cero en torno a la autoestima y la confianza de las personas, y cuya única función es evitar la tarea.

La Participación Genuina es un método que rompe estas dinámicas ineficaces e ineficientes ya que está enfocada únicamente a la tarea y  permite a todas las personas responsabilizarse plenamente de sus contribuciones.

La Participación Genuina cubre una serie de necesidades, se sustenta en unos valores y requiere una actitud sobre los que podrás leer en la entrada Principios Generales de la Participación Genuina.

Esta es la primera de una serie de entradas sobre el liderazgo en Participación Genuina. Gracias Julen por la inspiración para hacer series en tu entrada «cinco ideas …

Del crecimiento canceroso del coaching y otras cosas

Estoy dándole los últimos toques al diseño del taller que voy a impartir este fin de semana en el Centre Gestalt de Valencia que dirige Ximo Tárrega. Ximo quiere que los alumnos del último año de su formación en Terapia Gestalt conozcan el trabajo de profesionales que estemos trabajando con un enfoque Gestalt en otros campos que la terapia individual y grupal. Me ha traído a su escuela para que comparta con los alumnos mi trabajo en Desarrollo de Organizaciones y Sistemas con enfoque Gestalt – Sistémico.

Preparando el taller reconecto con allas razones que a mediados de los 90 me llevaron a abandonar definitivamente mi profesión original de psicoterapeuta y reciclarme como consultor. Recordar este período de mi carrera me hace pensar en algunos fenómenos que veo en el mercado actual de la consultoría y el coaching que me ponen los pelos de punta.

Antes de entra en la diatriba que a continuación perpetro quiero dejar claro que lo que escribo son observaciones de tendencias generales en el mercado, no observaciones dirigidas a nadie en concreto. Conozco a muchísimos profesionales que hacen un trabajo fantástico en estos nichos de nadie y que por lo tanto son de todos.

– El coaching nació cuando la conciencia de que el directivo y la organización en la que trabaja forman un todo, caló suficientemente en el mercado y se abrió un nuevo nicho profesional. Para ocupar este nicho se necesitaba una nueva actividad profesional (algunos dirían que profesión) que tuviese un pie en el mundo duro de la gestión y otro en el mundo blando de la psicología. Tras muchas vueltas y revueltas acabó generalizándose en los 90 el término de coaching. Desde siempre ha habido un tira y afloja entre los que se acercaban a la práctica del coaching desde la gestión empresarial y los que lo hacían desde la psicología. Pero siempre ha habido un consenso en que se trataba de una actividad enfocada a ayudar, desde una perspectiva holística, a la persona a conseguir sus objetivos profesionales. Pero el coaching ha cobrado hoy en día un crecimiento que asemeja al de un cáncer, ocupando espacios profesionales en los que no tiene nada que hacer ni aporta nada nuevo aparte de amateurismo. Un ejemplo es el del «life coaching», que tan de moda está ahora, que a mi modo de ver no es más que un sucedáneo de la psicoterapia enmascarada como coaching.

– cada vez más psicoterapeutas que dicen dedicarse a la consultoría en organizaciones. A lo que en realidad se dedican es a hacer terapia descafeinada «in house». La orientación terapéutica de éstos es variada: PNL, Sistémica, Gestalt, Cognitiva, Conductual, … Independientemente de la escuela terapéutica, acostumbran a intervenir en las organizaciones animando a las personas a ser más abiertas en su comunicación, más auténticas y más espontáneas, incluso en los casos en los que la cultura organizacional y las estructuras de poder sean directamente peligrosas para las personas que muestren el menor atisbo de vulnerabilidad. Por suerte, las personas en las organizaciones han aprendido a defenderse de este tipo de intervenciones banalizándolas y convirtiéndolas en juegos. En los casos en los que algún despistado se crea las exhortaciones de los terapeutas metidos a consultores y sea más auténtico de lo que la cultura organizacional soporte, las consecuencias son cuando menos dolorosas para la persona, y más a menudo hacen insostenible la posición del incauto en la empresa.

– listillos que sin ningún tipo de vocación (pueden ser profesores de escuela de negocio, ex-managers que dicen haber visto la luz, coaches, psicoterapeutas, o nada de nada) se lanzan la búsqueda de ideas de negocio en el lucrativo mercado de la consultoría y la formación, invaden el mercado con promesas como «haga a sus empleados felices y verá cómo la productividad aumenta». Sus propuestas del tipo talleres de «movimiento armónico», sesiones de contacto con la naturaleza en «outdoor training», entrenamiento en creatividad por medio de ejercicios de «Arterapia», etc. Estas propuestas, a diferencia de las anteriores, son por lo general inofensivas para las personas y las organizaciones. Lo único malo es que, salvo rarísimas excepciones, no añaden ningún valor a la organización que compra esos servicios. Quizás sirvan de premio a los empleados que aprecien ese tipo de regalos. A pesar de ello (¿o quizás por eso?) son servicios que se venden como churros.

Mis mejores, más grandes y más fieles clientes a lo largo de los años me han dicho que los mejores consultores en Desarrollo de Organizaciones y Sistemas eran los que tenían la doble competencia de Psicoterapeutas (que no es lo mismo que ser psicólogo) y de Consultor DOS. Entre coaches metidos a psicoterapeutas, psicoterapeutas metidos a consultores y listillos que arramblan con cualquier cosa que les haga ganar un euro nos están haciendo perder la credibilidad a todos los demás.

No quiero entrar en una guerra de defensa de nichos profesionales en base a intereses corporativistas. En los terrenos en los que nos movemos no existen nichos reservados para ninguna de las profesiones regladas. Por lo tanto tiene todo el mundo derecho a buscarse la vida como pueda. Pero a mí no me gusta un pelo lo que veo.

Espero poder aportar este fin de semana a los alumnos de Terapia Gestalt de Ximo Tárrega algo de conciencia de las diferencias, responsabilidades y tareas de las diferentes profesiones y/o actividades profesionales.

Donde la pasión y la incertidumbre se cruzan …

 

Todos los caminos son buenos menos los malos

Campo de hitos. Stenkusten. Gotland

Podría diagnosticarme a mí mismo como un emprendedor compulsivo porque cada vez que un proyecto ha cuajado se me ha ocurrido una idea nueva y me he dedicado a ella antes que esperar a recoger los frutos del proyecto que había cuajado. Al principio de cada nuevo proyecto suelo caer en la tentación de seguir los consejos de alguna de las muchas listas con recomendaciones sobre lo que un emprendedor ha de hacer para llegar buen puerto con su proyecto.

Los que las escriben o son emprendedores cuyo proyecto consiste en recomendar a otros cómo construir el suyo o ex-emprendedores que ya han llegado a donde querían y a posteriori construyen una versión elegante de cómo lo han hecho.

Seguir sus listas a priori no me ha servido nunca más que para perder el tiempo y el dinero. Y a posteriori nunca he sido capaz de describir lo que he hecho para llevar un proyecto al punto de cuaje.

Toda persona que haya hecho mayonesa en casa sabe que el momento de mayor incertidumbre es justo antes de que cuaje. Mi proyecto actual está a punto de cuajar y el nivel de incertidumbre me corroe. La mayoría de los indicadores apuntan que esto va a cuajar, pero …

Para mantener la motivación a través de la incertidumbre no se me ocurre otra cosa que recordarme a mí mismo que todos los caminos son buenos menos los malos, y que nunca he sabido la diferencia hasta que he recorrido un buen trecho.

La red de silencio y la de las conversaciones

Flatruet, Laponia (Julio 2007)

Siempre me ha gustado las propuestas de Humberto Maturana. Hace ya diez años que lo estudié, pero algunas de sus ideas han brillado nítidamente en mi mente durante todo este tiempo. También han sido una fuente de inspiración las propuestas sobre la naturaleza de la red de David Weinberger, uno de los que escribieron el Cluetrain Manifesto. Durante mi retiro se me fueron ocurriendo algunas nuevas formas de conectar estas ideas entre sí y con mi experiencia de silencio. No creo que sea nada nuevo, pero como ya eh dicho en otro sitio, soy de los que les gusta reinventar la rueda.

Creo recordar que una idea básica de Maturana es que cada persona crea su propio Universo a partir de su Universo interior. Lo que hace posible la convivencia es la aceptación de que los Universos de las demás personas tienen el mismo carácter de realidad que el propio. Esta aceptación se traduce operativamente en conversaciones entre personas que, cada una desde su propio universo, muestra curiosidad por el Universo del otro. Así emerge el Multiverso complejo en el que vivimos juntos. A esta actitud de aceptación y el acto de conversar lo llama Maturana amor

En su libro «Small pieces loosely joined» (2002), Weinberger llega por otros caminos a conclusiones similares a Maturana. La red existe solamente en la medida en la que personas elijan conectarse unas con otras en conversaciones. Las conversaciones son expresión de amor. A través del amor devenimos en plenamente humanos. La red es donde devenimos en plenamente humanos. Cualquier intento de control no sólo mata a la red sino que nos deshumaniza.

Inicialmente podría parecer que estas ideas no tendrían relevancia para mi práctica profesional como consultor especializado en redes 1.0. Pero sí que las tiene ya que mi trabajo consiste en diseñar y facilitar procesos participativos que hagan posible nuevas conversaciones entre los actores del ecosistema de operaciones de una organización o empresa.

Trabajo casi siempre con organizaciones u empresas más o menos jerárquicas que por defecto organizan, restringen y controlan las conversaciones para reducir la complejidad. La mayoría de mis clientes jerárquicos entienden que su reacción por defecto tiene efectos negativos en las personas y en la capacidad de la organización de operar en la realidad compleja del Multiverso. Para mitigarlos han de suspender, por lo menos temporalmente, las leyes de las conversaciones en jerarquía para permitir que sucedan las conversaciones en red.

El objetivo de las conversaciones en red puede ser resolver un problema (tarea de grado 1), mejorar (tarea de grado 2), cambiar (tarea de grado 3) o transformar (tarea de grado 4). Pero el efecto que las conversaciones en red tienen en las personas y en las organizaciones es siempre transformador. Conversando sobre la tarea común expresamos también nuestro amor por nuestra humanidad común. Una organización que permite esto, porque no se trata de otra cosa más que dejar de interferir, podrá operar mucho más eficazmente en la complejidad del Multiverso.

En el plano personal, devengo plenamente humano en conversación con otros, pero también retirándome al silencio. Por lo menos esa es mi experiencia que se ha visto plenamente confirmada en mi último retiro. Permitiendo extrapolar mi experiencia, me pregunto si habría un mercado para un diseñador, gestor y facilitador de silencios fértiles en empresas y organizaciones, y no solamente de conversaciones fértiles como he sido hasta ahora.

Es la paradoja, de la que hablamos Amalio Rey y yo en Girona, entre el palique fértil y el silencio fértil: para tener algo que decir he de retirarme y para decirlo he de conectarme.

La fertilidad del silencio /2

Me estoy preparando para volver a mi vida cotidiana tras mi retiro en el Santuario de Lord. Recogida ya la habitación en la que he vivido y trabajado estas cuatro semanas me pongo a escribir este post pensando que escribiría sobre las vicisitudes de la escritura y mi estancia aquí. Pero me atasco todo el tiempo y decido dar la última vuelta a esta meseta de 800×300 metros, accesible únicamente a pie, en la que el santuario está enclavado.

Durante el paseo me doy cuenta de que este post no tiene sentido sin nombrar a los padres Jordana y Juan, y a l::s herman::s Antonio y Teresa, los miembros de esta comunidad eremita.

Me siento muy agradecido a ellos que, aún sabiendo que no soy católico, me han acogido en su hospedería, compartido sus comidas en silencio, y permitido participar en sus celebraciones y rituales. Como pone en las habitaciones: “Estás en un lugar de Paz. Recíbela en tu corazón, conecta con la tranquilidad y el silencio que te rodea y sal de aquí “siendo” mejor de lo que entras.” Desde luego que su propósito con la hospedería se ha cumplido en mi caso.

Creo que cualquiera que venga buscando esto será bienvenido. El procedimiento es escribirle al padre Juan a joandu@telefonica.net contándole lo que buscas y ya te contestará.

Y, esta vez más claramente que nunca, se me ha confirmado que el silencio es fértil y que los efectos de la retirada son cumulativos, como muy bien me dijo en un Tweet Amalio Rey.

Aparte de espacio y tiempo para escribir, su hospitalidad silenciosa me ha permitido profundizar en el sentido de mi vocación de Práctica de la Paz y en integrarla aún más en mi trabajo como consultor.

La cadencia de las rutinas diarias, siempre las mismas, me han permitido dedicarle unas 8 horas diarias al libro. El libro sobre Participación Genuina está en marcha, aunque ni mucho menos acabado. Aparte de haber producido ingentes cantidades de texto que tendré que cribar y recortar, lo más importante es que creo haber resuelto elegantemente lo que más me preocupaba:

  • Poder entrelazar bien valores, conceptos, métodos y técnicas
  • Poder ilustrar lo que voy escribiendo con casos en los que hemos intervenido yo u otros Atractores
  • Poder escribir desde el intelecto y desde el corazón.

El proceso de escribir ha sido un continuo entrar en callejones sin salida, perderme, irme por las ramas, entusiasmarme, desesperarme, fluir, atascarme, … y todo en silencio. La metáfora que se me ocurría a menudo era que estaba cociendo en mi propio jugo sin ningún tipo de especias. A ver si sale jugosa la cosa.

Una experiencia inolvidable y que repetiré más veces.

Todavía me quedan algunos meses de trabajo. A partir de ahora iré mas lentamente ya que he de atender todos los otros proyectos que tengo entre manos. Aún no sé cuando ni dónde se publicará. Tengo aún mis dudas sobre si publicarlo solamente digital, en papel, … Agradezco información sobre los pasos que tendré que dar para publicarlo y sobre alguna editorial a la que le pueda interesar.

En esta otra entrada escribí sobre el silencio fértil

Un paréntesis en mi retirada

Pasé la semana pasada en el Santuario de Lord, a donde me he retirado para escribir durante unas semanas. Esta semana he tenido que salir del retiro para trabajar con un cliente en Mallorca. Ya que estaba allí he aprovechado a ver a Miquel @suenosdela razón, con el que tuve una conversación interesante sobre el eterno tema de la navegación que los consultores hacemos entre el Escila de la instrumentalización y banalización de nuestros servicios/productos y el Caribdis de la integridad y congruencia entre lo que hacemos y nuestros valores.

También aproveché para conocer a Tona @tonapou, consultora en comunicación,  que me contó sobre las dificultades que a menudo tiene cuando su cliente es un consultor. Parece ser que somos un grupo al que nos cuesta especialmente ser claros y específicos a la hora de comunicar lo que realmente hacemos. Se me ocurre que pueda haber una conexión entre las dos conversaciones. ¿Podría ser que muchos consultores somos especialmente difusos en la comunicación de lo que hacemos?

Reflexionando sobre las motivaciones que durante largos períodos de mi carrera como consultor en los que no he podido/querido/sabido comunicar bien lo que hacía, he tenido dos períodos en los que las motivaciones para no ser claro eran distintas, aunque durante un tiempo se solaparon.

  • Durante unos años no quería perderme ni una y salía al mercado con un perfil que incluyese absolutamente todo lo que sabía hacer. Lo cual me daba la imagen de en el mejor e los casos ser un consultor que sabía hacer muchas cosas, y en el peor de ser alguien difuso y diletante. Esto lo solucioné buscando un servicio en el que convergieran todas mis competencias, habilidades y experiencias. Y de ahí viene el libro que estoy escribiendo sobre Participación Genuina y la formulación de estrategias de cambio sistémico.
  • Durante unos años intenté evitar el Escila y el Caribdis de los que escribía arriba. La consecuencia era una comunicación difusa por miedo a asustar si era claro con mis valores y mi enfoque teórico/filosófico sobre lo que es el ser humano y las organizaciones. Esto lo he resuelto provisionalemnte con una dosis no despreciable de arrogancia a la hora de comunicar mis valores y motivaciones en mi trabajo consultivo. Ahora me queda hacer lo mismo con humildad. Y eso no me resulta fácil. Todo se andará.

 

Mañana en el Santuario de Lord

 

Volviendo a mi retiro, me acuerdo de una anécdota que me pasó el otro día. El otro día estaba encaramado escribiendo sentado bajo un árbol en el peñasco de Lord, accesible solamente por una escalera que se tarda unos diez minutos en subir, cuando oigo un montón de voces. Hablaban en inglés por lo que pensé: ¡Vaya, hasta aquí vienen los turistas!

La realidad era mucho más sorprendente que eso. Veo que el grupo de unas 30 personas se sienta en un semicírculo en la yerba, uno de ellos se queda de pié, desenrolla un tirafolios/flipchart y se pone a hablar del liderazgo basado en valores.

Los participantes en este curso de liderazgo eran los CIOs (Chief Information Officers) de cada uno de los países europeos en los que la multinacional AKZO-Nobel tiene filiales. O sea que al final acabé hablando en sueco con el CIO de AKZO-Nobel Suecia e inglés con los demás CIOs y los consultores que llevaban el curso este. La mayor coincidencia es que en el taller sobre Participación Genuina que impartí en Helsingborg en agosto estaba un directivo de AKZO-Nobel Suecia con el que es posible que trabaje durante el 2011 …

Bueno, otra vez camino del retiro para escribir, del que saldré definitivamente el 15/10. Pero antes de salir para allá quiero colgar aquí información sobre los cursos y talleres sobre el enfoque sistémico aplicado a distintos campos que impartiré en el futuro próximo:

Conexiones, re-conexiones y despedida.

Ayer me escribió Jonno Hanafin comunicándome la noticia de que Claire Stratford había muerto. Jonno y Claire, junto con Ed Nevis,  fueron mis profesores en los 90, en la formación en Desarrollo de Organizaciones y Sistemas Internacionales que imparte el GISC – Gestalt International Study Center. Esa formación supuso un cambio radical en mi forma de hacer consultoría y de actitud ante mi trabajo. Claire siempre fue un modelo al que me remitía en los escasos momentos de mi trayectoria profesional que he dedicado a cultivar la compasión como actitud en mi trabajo. Hace unas semanas, la última vez que estuve en contacto con Claire con motivo de su decisión de no tratarse el cáncer que le habían diagnosticado, me mandó el siguiente mail:

» Eugenio, una últimas palabras antes de irme: no corras delante de los toros ni los lidies».

Esta frase, aparentemente críptica, no lo es tanto. En una sesión de coaching con ella en los 90 (antes de que el coaching se llamase coaching) me hizo ver los aspectos negativos del dicho castellano de ¡Al toro por los cuernos!, actitud con la que yo hasta entonces (y aún más frecuentemente de lo que me gustaría) me había enfrentado a mi trabajo en general y a los clientes. Cuando ese mensaje me llegó hace unas semanas, estaba a punto de entrar en la sala con un grupo de altos directivos de la Caixa. Su mensaje me hizo darme cuenta, una vez más, de que entraba a trabajar con esta actitud. Al darme cuenta pude cambiarla y entrar no a correr un encierro ni a torear, sino a tener una conversación. El taller fue como la seda. Gracias Claire. Espero que mi gratitud te llegue «wherever you are».

Dentro de unas horas voy al Aeropuerto de Barcelona a buscar a Benedikta Deym – Soden. Benedikta ejerce consultoría en Desarrollo Organizacional desde Deym – Soden Consulting y enseña mediación en DESOSTA Mediation. Benedikta viene para enseñar en la formación en Desarrollo de Organizaciones y Sistemas que he puesto en marcha, la primera en España que enseña este trabajo desde una perspectiva Gestalt – Sistémica. Hoy y mañana lo vamos a dedicar a preparar las sesiones de formación que tendrán lugar de jueves a domingo. Me hace mucha ilusión trabajar con ella estos días. Intento entrar en la colaboración con la actitud del aprendiz.

Benedikta y yo nos conocimos en la formación en la que Claire era profesora. También nos formamos juntos en Noruega en «Reconciliación sostenible en Sociedades divididas», una formación organizada por el Norsk Fredssenter e impartida por John-Paul Lederach. John-Paul Lederach es catedrático en la Eastern Mennonite University y escritor de numerosos libros sobre resolución de conflictos. Alguno hay traducido al castellano y me consta que en algunas ocasiones ha venido a Euzkadi para enseñar mediación. Uno de mis sueños es algún día irme a la Eastern mennonite University de mayo a Septiembre para participar en la Universidad de verano por la Paz.

Los Mennonitas son una variante de los cuáqueros que no hacen ningún tipo de proselitismo. Su única misión es la e trabajar por la paz. Me los he encontrado en varias ocasiones en América Central y en el Sur de África, y en alguna ocasión he tenido la oportunidad de verlos en acción en algún proceso participativo que he diseñado y facilitado. La primera vez que trabajé con un grupo de ellos me llevé una sorpresa: empezamos las reuniones en diversos grupos en la misma sala. Las discusiones se animaban en todos los grupos en la sala, menos en uno que estaban totalmente en silencio. Mi ansiedad empezó a subir ya que interpreté su silencio como resistencia pasiva e la peor clase. Cuando les pregunté, me dijeron que estaban esperando a que el espíritu santo llegase a su grupo porque nunca empezaban una reunión sin su presencia. ¡Oh sorpresa! Una vez más aprendí que las cosas no suelen ser como pienso y que mejor trabajar desde una actitud de curiosidad que una de certidumbre. Viéndoles trabajar tan eficaz y eficientemente tras sus minutos de meditación y oración me convenció de las bondades del silencio fértil antes de pasar a la acción. Sin ser cristiano, admiro profundamente el trabajo de los mennonitas y  su voluntad de hacerlo desde el anonimato y sin proselitismo.

Creo que estos días trabajando con Benedikta (que no es mennonita) pueden servirme para re-conectar con el trabajo de resolución de conflictos y reconciliación en sociedades divididas que abandoné hace unos años para dedicarme a la participación. Aunque la participación y la resolución de conflictos son dos caras de la misma moneda, la posibilidad de trabajar desde la arrogancia es mayor  en el primero que en el segundo.